Author: Elikarla Cones

Ingeniero electricista, consultora y asesora internacional en instalaciones eléctricas hospitalarias. Experta en la coordinación técnica de soluciones de ingeniería eléctrica para procesos asistenciales. En la actualidad es Director Regional LATAM de EnergyMed.

Categories Blog, Fallas en instalaciones eléctricas hospitalarias

¿Las UPS protegen al 100% sus equipos médicos?

Sábado, 4:15 pm y suena el teléfono de guardia de EnergyMed.

Uno de nuestros clientes nos llama para contarnos que tuvieron que hacer un apagado manual de la sede, porque durante las operaciones normales habían sentido un olor a quemado en el cuarto donde están los tableros eléctricos. Programamos una visita de emergencia a la institución para identificar el origen de la falla.

Una vez en el cuarto percibimos que el olor a quemado no es el típico de aislante de cable, por lo que pensamos que podía ser un equipo electrónico que sufrió algún daño: en el mismo cuarto eléctrico se encuentra también la UPS que respalda el ramal esencial y un rack con los switchs de la intranet y otros servicios.

Una vez descartada una falla por cortocircuito, energizamos el sistema eléctrico y encontramos que el UPS de respaldo no estaba “rectificando” para cargar las baterías.

Indagando sobre lo ocurrido, el personal de la institución cuenta que la falla se percibió segundos después de escuchar un fuerte rayo caer cerca de la institución.

Ante ello, el personal nos pregunta: ¿No se supone que la UPS se coloca para proteger los equipos?

La respuesta franca y cerrada a esa pregunta fue: “No. Un UPS esta diseñado para servir de fuente de energía ininterrumpida para evitar que las cargas conectadas a él se apaguen en caso de indisponibilidad en la fuente principal”.

Su cara fue un poema. Cientos de veces han escuchado la frase “conéctelo a un UPS para proteger el equipo”. En este caso ciertamente lo protegió, absorbiendo el transitorio de voltaje y quemándose él.

Las estimaciones económicas del daño arrojan lamentablemente que la reparación de la UPS cuesta más que los equipos que respaldan, y ahora corren el riesgo de pérdida de información en caso de indisponibilidad en la fuente principal.

Con base en esta experiencia pensamos valioso queremos resaltar la diferencia entre “respaldar” y “proteger”.

Los UPS son equipos de respaldo de energía, que por su diseño y construcción entregan energía acondicionada a la carga que alimentan, sin embargo, esta condición no los hace protectores de dicha carga.

Si lo que verdaderamente quiere es proteger sus equipos médicos, la recomendación es:

  1. Valide la resistencia del sistema de puesta a tierra de su instalación.
  2. Valide la correcta instalación y funcionamiento de su sistema de protección contra descargas atmosféricas.
  3. Instale un sistema en cascada contra sobretensiones transitorias, mejor conocidos como DPS’s.
  4. Por último, si sus equipos requieren operación ininterrumpida, instale un UPS.

Si quiere diseñar una solución a la medida de sus equipos médicos, contáctenos o conozca más aquí.

Si desea aprender a identificar la fuente eléctrica de falla de sus equipos médicos, forme parte de nuestra Academia EnergyMed con el curso: Energía segura para equipos médicos

Categories Blog, Operaciones de los centros de salud

Retos de la infraestructura hospitalaria en Colombia

Hospitales en Colombia

Las recientes catástrofes naturales del terremoto en México y el huracán María en Puerto Rico nos muestra que la naturaleza es quien manda.

Durante la consternación de la noticia, todos comentamos sobre las lamentables pérdidas humanas y materiales de estos eventos, deseando la pronta recuperación de estas poblaciones.

Sin embargo, una vez las emociones se calman, siempre surge un espacio para analizar con cabeza fría qué tan preparados estamos en caso de que un evento de este tipo toque a nuestra puerta.

Desde la perspectiva de la infraestructura hospitalaria el análisis es aún más crítico ya que, en este tipo de escenarios adversos todos los lesionados recurrirán a los Centros de Salud en búsqueda de atención médica, por lo que la infraestructura debe ser lo suficientemente robusta para soportar el embate de la naturaleza.

En el caso particular de Colombia, los organismos del estado empezando por el Ministerio de Salud hasta las Secretarias Distritales de Salud, han dispuesto de un marco normativo que tiene como intención preparar a las instituciones ante cualquier escenario de este tipo.

Un ejemplo de ello es la resolución 2003 de 2014, la cual establece los requisitos de habilitación de servicios de salud en el Sistema Obligatorio de Calidad en Salud. En materia de infraestructura hospitalaria, la resolución en su artículo 3.2.2 exige lo siguiente:

“Las siguientes condiciones de infraestructura deben ser cumplidas por el prestador, antes de iniciar su proceso de habilitación:

  • Cumplimiento de las condiciones higiénico sanitarias establecidas en el Titulo IV de la Ley 9° de 1979 y sus decretos reglamentarios.
  • Licencia de construcción aprobada para el uso de salud.
  • Permiso de vertimientos líquidos y emisiones atmosféricas.
  • Sistema de prevención y control de incendios.
  • Estudio de vulnerabilidad estructural (En los casos previstos por la norma vigente).
  • Reforzamiento sísmico estructural (En los casos previstos por la norma vigente).
  • Plan de emergencias y desastres (En los casos previstos por la norma vigente).
  • Planes de mantenimiento de la planta física e instalaciones físicas e instalaciones fijas.
  • Planes de mantenimiento de los equipos fijos.
  • Las instalaciones eléctricas están actualizadas con el reglamento técnico de instalaciones eléctricas RETIE.”

A pesar de estas exigencias, y del reconocimiento de la directiva de las instituciones prestadoras de servicios de salud de su importancia, un alto porcentaje de la infraestructura hospitalaria colombiana no dispone de las certificaciones ni las condiciones para satisfacer todos estos criterios.

Las razones que conllevan a este escenario son de distinta índole, entre las cuales resaltan las condiciones operativas especiales de un centro asistencial, que dificulta la intervención de servicios para adecuaciones de infraestructura; el déficit financiero del sector salud y la ausencia de un plan estratégico de la institución que contemple las adecuaciones de infraestructura necesarias para la incorporación de un nuevo servicio médico, entre otras.

En este marco situacional, el tema de las condiciones de la infraestructura hospitalaria representa un enorme reto para la institución, puesto que a pesar de los escenarios adversos no pasa desapercibido el riesgo que representa para el para el cuidado del paciente, y la comunidad en general una infraestructura hospitalaria que no cumple con las condiciones de seguridad establecidas en la ley y normas nacionales e internacionales en materia asistencial.

La gran interrogante es cómo intervenir la infraestructura hospitalaria bajo estas condiciones. Para ello no hay una única respuesta, más si hay una recomendación general:

Desarrolle un plan técnico con consideraciones financieras que le permita avanzar en el camino de la seguridad de su infraestructura hospitalaria; incorpórelo al plan estratégico de la institución y ejecútelo a paso firme y sostenido.

La materialización de los riesgos que supone una infraestructura hospitalaria con carencias se presenta día tras día, por lo que concientizarla y aún más importante, actuar con responsabilidad y determinación al respecto, puede contribuir efectivamente en la misión de salvar vidas en un centro asistencial.

Si quiere saber cómo funciona un plan técnico financiero en materia de instalaciones eléctricas hospitalarias, contáctenos o escríbanos a [email protected] y con gusto le enviaremos una muestra.

Categories Blog, Instalaciones eléctricas hospitalarias

Nuestra misión 2019: Evitar el cierre de más clínicas por fallas de infraestructura

Algunas noticias del 2018 nos han dado un recordatorio estremecedor de porqué cumplir con las normas de infraestructura para el sector salud:

Para el pesar y protección de los pacientes, la Clínica Jorge Piñeros Corpas fue cerrada dos veces en el año. La primera vez, la noticia se relacionó con que tres de los cuatro ascensores de la institución estaban fuera de servicio, obligando al personal a mover a pacientes, incluso postoperatorios, a través de las escaleras. (Para leer la noticia completa haz click aquí)

Otro lamentable caso es el cierre de once servicios, algunos de ellos críticos, de la Clínica Materno Infantil de Bogotá por la muerte de un neonato, ocasionado por el sobrecalentamiento excesivo de una incubadora en la unidad de cuidados neonatales de la institución. (Para leer la noticia completa haz click aquí)

Estos escenarios lamentables, seguramente entre muchos otros que no salen en las noticias, se interponen a nuestro objetivo de poner la ingeniería eléctrica al servicio de mejorar y garantizar la vida humana.

Afortunadamente no todos son malas noticias, muchas otras instituciones dieron un paso adelante para fortalecer la seguridad de sus pacientes desde la perspectiva eléctrica.

Entre ellas este año tuvimos el privilegio de acompañar a instituciones como la Fundación Santa Fe de Bogotá, Clínica Partenón, Odontología de Marlon Becerra entre otras en sus planes de mejora de la seguridad eléctrica de los pacientes.

Con ello terminamos el año motivados a tener un mejor 2019, en el que nuestros seres queridos estarán seguros eléctricamente cuando acudan a cualquiera de los Centros de Salud de Colombia.

Categories Blog, Meditech 2018

¿Por qué tomas grado hospitalario?

Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas RETIE 2013:

28.3.2 – q. Los tomacorrientes que alimenten áreas de pacientes generales o críticos, deben diseñarse para alimentar el máximo número de equipos que necesiten operar simultáneamente y deben derivarse desde al menos dos fuentes de energía diferentes o desde la fuente de energía de suplencia (planta de emergencia), mediante dos transferencias automáticas. Dichos tomacorrientes deben ser dobles con polo a tierra del tipo grado hospitalario. En áreas de pacientes generales debe instalarse un mínimo de cuatro tomacorrientes y en áreas de pacientes críticos un mínimo de seis tomacorrientes, todos conectados a tierra mediante un conductor de
cobre aislado.

En un Centro de Salud la vida de los pacientes en muchos casos depende del funcionamiento de un equipo eléctrico. Las tomas grado hospitalarias están diseñadas para evitar la desconexión involuntaria del equipo.   

La razón principal para usar una toma grado hospitalario es asegurar que se proporcione un tomacorriente con mayor tensión de contacto para minimizar las posibilidades de que un enchufe de conexión que suministre equipo médico o de soporte vital pueda desconectarse porque se «safó del enchufe».

 

Categories Blog, Meditech 2018

¿Por qué necesitas cables especiales en servicios médicos?

Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas RETIE 2013:

28.3.2 – h. En las áreas médicas críticas, es decir en quirófanos, salas de cirugía o de neonatología, unidades de cuidados intensivos, unidades de cuidados especiales, unidades de cuidados coronarios, salas de partos, laboratorios de cateterismo cardíaco o laboratorios angiográficos, salas de procedimientos intracardiacos, así como en áreas donde se manejen anestésicos inflamables (áreas peligrosas) o donde el paciente esté conectado a equipos que puedan introducir corrientes de fuga en su cuerpo y en otras áreas críticas donde se estime conveniente, debe proveerse un sistema de potencia aislado o no puesto a tierra (denominado IT), el cual debe conectarse a los circuitos derivados exclusivos del área crítica, que deben ser construidos con conductores eléctricos de muy bajas corrientes de fuga.

 

En instalaciones eléctricas hospitalarias los equipos médicos muchas veces están conectados directamente al paciente, por lo que es necesario evitar cualquier posible paso de corriente a través de él.   

Una de las fuentes de esta posible corriente de paso es la llamada «corriente de fuga», que no es más que una corriente que deja de pasar por el cobre de los cables para circular por el aislante plástico que lo recubre.

Esta corriente parásita circula hacía la puesta a tierra de la instalación, siendo el paciente muchas veces parte de ese camino hacia tierra. Por lo que es necesario evitarla mediante el uso de conductores cuyo aislante cuenten con la calidad necesaria para evitar su circulación a través de él.

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