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Cumplir el RETIE: primer paso para evitar el riesgo de incendio de hospitales por razones eléctricas

Documentos necesarios para certificar RETIE las instalaciones eléctricas hospitalarias

El objeto fundamental del Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas RETIE, es establecer las características básicas de las instalaciones eléctricas con el fin de garantizar “la protección de las personas, de la vida tanto animal como vegetal y la preservación del medio ambiente; previniendo, minimizando o eliminando los riesgos de origen eléctrico”1.

Para cumplir este objetivo, las medidas establecidas en el reglamento están orientadas principalmente al manejo de riesgos de dos naturalezas:

  • Riesgo a personas: fijando condiciones para evitar accidentes por contacto directo o indirecto con partes energizadas, causándoles principalmente electrocución y quemaduras.
  • Riesgo a infraestructura: estableciendo condiciones para la prevención de incendios y/o explosiones causados por la electricidad.

En el ámbito hospitalario, la complejidad de las instalaciones eléctricas supera la de otros usos, ya que en el confluyen el desarrollo de procesos ininterrumpibles con el uso de tecnología de punta para el tratamiento efectivo del paciente.

A pesar del esfuerzo de diseñar y construir cada vez mejores centros de salud, los accidentes ocurren: según cifras presentadas en el informe “Structure Fires in Health Care Facilities”2 de la National Fire Protection Association NFPA en Octubre de 2017, en los Estados Unidos de América entre los años 2011-2015 se presentó un promedio anual de 5750 incendios en Centros de Salud, siendo fallas en las instalaciones eléctricas la segunda razón de ocurrencia de tales incendios.

Bajo estas cifras, el cumplimiento de los requisitos mínimos establecidos en el reglamento cobra un sentido real para el manejo de eventos adversos.

Cuando de instituciones de asistencia médica se trata, el reglamento clasifica los Centros de Salud como “Instalaciones Especiales” estableciendo la obligatoriedad del cumplimiento específico de la Norma Técnica Colombiana NTC2050, y de una serie de medidas explícitas de seguridad que se listan bajo el artículo 28.3.2 del reglamento.

Acerca de este último punto, algunas de las medidas fundamentales para prevenir, minimizar y eliminar el riesgo de incendio de Centros de Salud son:

  1. Diseñar, instalar y mantener adecuadamente los sistemas de protección eléctrica ante sobrecorrientes, mejor conocida como breakers:

Un escenario cotidiano en una institución de salud es el aumento de la demanda eléctrica por el crecimiento de los servicios médicos y/o cambio de la tecnología médica del servicio.

Particularmente en estos casos es fundamental no dar por sentada que la instalación eléctrica es apta para el nuevo consumo, y hacer las validaciones necesarias para acondicionar correctamente la conexión de nuevos equipos.

Representa un factor de riesgo real el conectar nuevos equipos sin la validación de la capacidad del sistema, por lo que al hacerlo sin el análisis apropiado podría sobrecargar la instalación y ocasionar el disparo de las protecciones, que de ser ignorado el escenario propicio para un incendio por razones eléctricas.

  1. Reconocer que el manejo de gases inflamables en un centro de salud incrementa la exposición al riesgo de incendio y explosión

El uso de anestésicos inflamables en servicios donde se requiera la sedación del paciente por vía aérea, tales como salas de cirugía y procedimientos de cardiología intervencionista, es considerado como un Lugar Peligroso (Clasificado) Clase I, División I de “riesgo de explosión debido a la presencia de gases o vapores inflamables, líquidos inflamables, polvos combustibles o fibras o partículas combustibles.”3

Bajo estas condiciones, el diseño, construcción y mantenimiento de las instalaciones de estos servicios tienen unos requisitos únicos para el manejo del riesgo. Entre los más relevantes se encuentran:

  • Instalación de piso conductivo debidamente conectado al sistema de puesta a tierra del sistema eléctrico del Centro de Salud.
  • Los equipos eléctricos, tomacorrientes e interruptores, deben fijarse a una altura igual o superior a 1,53 m sobre el piso terminado.
  • Se prohíbe el uso de extensiones eléctricas y/o multitomas en salas de cirugía o en áreas de cuidados críticos.

Estas y otras medidas, que se sustentan en los procesos asistenciales y en el principio físico de la electricidad en sí misma, son la base fundamental de una operación segura del Centro de Salud.

Colombia cuenta con la fortuna de un marco legal y normativo que muestra la voluntad técnica y gubernamental de garantizar condiciones seguras del uso de la energía eléctrica. El cumplimiento del reglamento en cualquier ámbito, en especial el hospitalario, es la base bajo la cual reposa la confiabilidad en el uso de la energía eléctrica y la atención efectiva y segura del paciente.

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Energía segura de Centros de Salud: pieza clave en la atención segura y efectiva del paciente

Hoy día es imposible siquiera imaginarnos una vida sin tecnología. Los equipos electrónicos nos rodean, haciendo nuestras vidas más sencillas y cómodas, al tiempo que nos hacemos dependientes de una fuente de energía que los mantenga en funcionamiento.

Cuando del cuidado de la salud se trata, estos equipos electrónicos traen beneficios que trascienden a la comodidad: son simplemente vitales. Su función en el diagnóstico y tratamiento efectivo de enfermedades son los superpoderes capaces de ampliar la capacidad de la ciencia y del personal médico en la recuperación del paciente.

Sin embargo, este enorme beneficio trae consigo los riesgos asociados al uso de la energía eléctrica. Vistos desde un panorama amplio, los riesgos principales a los que se expone el sistema asistencial en esta materia son:

1. Fallas asistenciales producidas por la indisponibilidad de equipos médicos, ocasionada por interrupción en el suministro de energía: La ausencia de energía total o parcial en un Centro de Salud ata de manos al personal médico, disminuyendo la efectividad en el diagnóstico y tratamiento del paciente. Esta reducción de la efectividad será tan aguda como la naturaleza de la falla. Algunas fallas y sus consecuencias en el tratamiento del paciente son:

Falla total del suministro de energía, ocasionada por falla en el sistema bajo la administración del operador de red: Este tipo de falla deja a la institución a la merced de su Sistema de Energía de Emergencia (planta eléctrica, transferencia automática y Sistema de Potencia Ininterrumpida UPS). En este caso es fundamental que el diseño y la operación del sistema este apegado a las normas nacionales e internacionales, siendo un sistema eficiente que entre en plena operación en un tiempo no superior a 10 segundos y que alimente los ramales críticos, vida y equipos de forma efectiva.

En caso de que esto no suceda, todos los equipos eléctricos del Centro de Salud quedan inoperativos, obligando al personal médico a condiciones manuales de asistencia del paciente, dependiendo de la autonomía de las baterías de los equipos médicos vitales, tales como máquinas de anestesia y lámparas cielíticas y trasladar a los pacientes críticos a otros centros asistenciales en casos más extremos.

• Falla parcial en el suministro de energía en un servicio médico, ocasionada por una falla en el sistema de distribución de energía: Este tipo de falla ocurre cuando un cortocircuito saca de servicio la instalación eléctrica. Puede ser temporal cuando la falla induce la actuación de las protecciones eléctricas, las cuales no pueden ser reposicionadas hasta tanto no se solvente la condición de falla; o puede ser permanente en el caso de que la falla no sea despejada a tiempo y ocurra un daño irreversible al sistema eléctrico.

Este tipo de falla impactará las operaciones dependiendo del servicio afectado, pudiendo tener consecuencias en las operaciones que van desde la movilidad de los pacientes de un servicio a otro para su atención, así como el traslado de pacientes y operaciones a otros centros asistenciales en caso de fallas permanentes.

2. Diagnóstico y tratamiento errado del paciente por error de equipos médicos.

El correcto funcionamiento de los equipos médicos depende de la calidad de la energía con la cual se alimenten.

En el caso de equipos médicos de diagnóstico, donde el conteo de partículas por fotometría o el funcionamiento en todo su espectro de un equipo de rayos X depende de la calidad del voltaje de alimentación, siendo que una calidad de energía baja conlleva a que el resultado de los estudios sea imprecisa y en algunos casos errónea. Esto pone en riesgo la efectividad de los procedimientos médicos en el paciente, con base en diagnósticos clínicos erróneos.

3. Afectación de la salud del paciente por malfuncionamiento del sistema eléctrico.

El uso de equipos eléctricos en contacto directo con el cuerpo humano genera el escenario ideal para la conducción de corriente a través de él. Este escenario es capaz de producir lesiones en el paciente, que van desde quemaduras de tejidos, hasta estados de macro y microshock, los cuales pueden complicar notablemente su cuadro clínico.

El estudio del diseño y construcción de las instalaciones eléctricas hospitalarias ha previsto este escenario, diseñando y construyendo equipos especiales que disminuyen radicalmente la posibilidad de ocurrencia de este tipo de eventos adversos.

Por esta razón es fundamental que el diseño y la construcción de las instalaciones eléctricas hospitalarias se deje en manos de personal técnico capacitado, así como el trabajo coordinado de este equipo técnico con los ingenieros biomédicos, quienes son los que de forma especializada atienden y vigilan las condiciones de operación segura de los equipos médicos.

La prestación de servicios médicos de forma efectiva y segura depende en gran medida del correcto funcionamiento de sus instalaciones eléctricas hospitalarias. Mantenerlas en buen estado, a través de su correcto diseño, instalación y mantenimiento le permitirá contar con los equipos médicos como su mejor amigo y no como su peor enemigo, al permitir el diagnóstico y tratamiento seguro del paciente.

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¿Las UPS protegen al 100% sus equipos médicos?

Sábado, 4:15 pm y suena el teléfono de guardia de EnergyMed.

Uno de nuestros clientes nos llama para contarnos que tuvieron que hacer un apagado manual de la sede, porque durante las operaciones normales habían sentido un olor a quemado en el cuarto donde están los tableros eléctricos. Programamos una visita de emergencia a la institución para identificar el origen de la falla.

Una vez en el cuarto percibimos que el olor a quemado no es el típico de aislante de cable, por lo que pensamos que podía ser un equipo electrónico que sufrió algún daño: en el mismo cuarto eléctrico se encuentra también la UPS que respalda el ramal esencial y un rack con los switchs de la intranet y otros servicios.

Una vez descartada una falla por cortocircuito, energizamos el sistema eléctrico y encontramos que el UPS de respaldo no estaba “rectificando” para cargar las baterías.

Indagando sobre lo ocurrido, el personal de la institución cuenta que la falla se percibió segundos después de escuchar un fuerte rayo caer cerca de la institución.

Ante ello, el personal nos pregunta: ¿No se supone que la UPS se coloca para proteger los equipos?

La respuesta franca y cerrada a esa pregunta fue: “No. Un UPS esta diseñado para servir de fuente de energía ininterrumpida para evitar que las cargas conectadas a él se apaguen en caso de indisponibilidad en la fuente principal”.

Su cara fue un poema. Cientos de veces han escuchado la frase “conéctelo a un UPS para proteger el equipo”. En este caso ciertamente lo protegió, absorbiendo el transitorio de voltaje y quemándose él.

Las estimaciones económicas del daño arrojan lamentablemente que la reparación de la UPS cuesta más que los equipos que respaldan, y ahora corren el riesgo de pérdida de información en caso de indisponibilidad en la fuente principal.

Con base en esta experiencia pensamos valioso queremos resaltar la diferencia entre “respaldar” y “proteger”.

Los UPS son equipos de respaldo de energía, que por su diseño y construcción entregan energía acondicionada a la carga que alimentan, sin embargo, esta condición no los hace protectores de dicha carga.

Si lo que verdaderamente quiere es proteger sus equipos médicos, la recomendación es:

  1. Valide la resistencia del sistema de puesta a tierra de su instalación.
  2. Valide la correcta instalación y funcionamiento de su sistema de protección contra descargas atmosféricas.
  3. Instale un sistema en cascada contra sobretensiones transitorias, mejor conocidos como DPS’s.
  4. Por último, si sus equipos requieren operación ininterrumpida, instale un UPS.

Si quiere diseñar una solución a la medida de sus equipos médicos, contáctenos o conozca más aquí.

Si desea aprender a identificar la fuente eléctrica de falla de sus equipos médicos, forme parte de nuestra Academia EnergyMed con el curso: Energía segura para equipos médicos

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Retos de la infraestructura hospitalaria en Colombia

Hospitales en Colombia

Las recientes catástrofes naturales del terremoto en México y el huracán María en Puerto Rico nos muestra que la naturaleza es quien manda.

Durante la consternación de la noticia, todos comentamos sobre las lamentables pérdidas humanas y materiales de estos eventos, deseando la pronta recuperación de estas poblaciones.

Sin embargo, una vez las emociones se calman, siempre surge un espacio para analizar con cabeza fría qué tan preparados estamos en caso de que un evento de este tipo toque a nuestra puerta.

Desde la perspectiva de la infraestructura hospitalaria el análisis es aún más crítico ya que, en este tipo de escenarios adversos todos los lesionados recurrirán a los Centros de Salud en búsqueda de atención médica, por lo que la infraestructura debe ser lo suficientemente robusta para soportar el embate de la naturaleza.

En el caso particular de Colombia, los organismos del estado empezando por el Ministerio de Salud hasta las Secretarias Distritales de Salud, han dispuesto de un marco normativo que tiene como intención preparar a las instituciones ante cualquier escenario de este tipo.

Un ejemplo de ello es la resolución 2003 de 2014, la cual establece los requisitos de habilitación de servicios de salud en el Sistema Obligatorio de Calidad en Salud. En materia de infraestructura hospitalaria, la resolución en su artículo 3.2.2 exige lo siguiente:

“Las siguientes condiciones de infraestructura deben ser cumplidas por el prestador, antes de iniciar su proceso de habilitación:

  • Cumplimiento de las condiciones higiénico sanitarias establecidas en el Titulo IV de la Ley 9° de 1979 y sus decretos reglamentarios.
  • Licencia de construcción aprobada para el uso de salud.
  • Permiso de vertimientos líquidos y emisiones atmosféricas.
  • Sistema de prevención y control de incendios.
  • Estudio de vulnerabilidad estructural (En los casos previstos por la norma vigente).
  • Reforzamiento sísmico estructural (En los casos previstos por la norma vigente).
  • Plan de emergencias y desastres (En los casos previstos por la norma vigente).
  • Planes de mantenimiento de la planta física e instalaciones físicas e instalaciones fijas.
  • Planes de mantenimiento de los equipos fijos.
  • Las instalaciones eléctricas están actualizadas con el reglamento técnico de instalaciones eléctricas RETIE.”

A pesar de estas exigencias, y del reconocimiento de la directiva de las instituciones prestadoras de servicios de salud de su importancia, un alto porcentaje de la infraestructura hospitalaria colombiana no dispone de las certificaciones ni las condiciones para satisfacer todos estos criterios.

Las razones que conllevan a este escenario son de distinta índole, entre las cuales resaltan las condiciones operativas especiales de un centro asistencial, que dificulta la intervención de servicios para adecuaciones de infraestructura; el déficit financiero del sector salud y la ausencia de un plan estratégico de la institución que contemple las adecuaciones de infraestructura necesarias para la incorporación de un nuevo servicio médico, entre otras.

En este marco situacional, el tema de las condiciones de la infraestructura hospitalaria representa un enorme reto para la institución, puesto que a pesar de los escenarios adversos no pasa desapercibido el riesgo que representa para el para el cuidado del paciente, y la comunidad en general una infraestructura hospitalaria que no cumple con las condiciones de seguridad establecidas en la ley y normas nacionales e internacionales en materia asistencial.

La gran interrogante es cómo intervenir la infraestructura hospitalaria bajo estas condiciones. Para ello no hay una única respuesta, más si hay una recomendación general:

Desarrolle un plan técnico con consideraciones financieras que le permita avanzar en el camino de la seguridad de su infraestructura hospitalaria; incorpórelo al plan estratégico de la institución y ejecútelo a paso firme y sostenido.

La materialización de los riesgos que supone una infraestructura hospitalaria con carencias se presenta día tras día, por lo que concientizarla y aún más importante, actuar con responsabilidad y determinación al respecto, puede contribuir efectivamente en la misión de salvar vidas en un centro asistencial.

Si quiere saber cómo funciona un plan técnico financiero en materia de instalaciones eléctricas hospitalarias, contáctenos o escríbanos a [email protected] y con gusto le enviaremos una muestra.

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Nuestra misión 2019: Evitar el cierre de más clínicas por fallas de infraestructura

Algunas noticias del 2018 nos han dado un recordatorio estremecedor de porqué cumplir con las normas de infraestructura para el sector salud:

Para el pesar y protección de los pacientes, la Clínica Jorge Piñeros Corpas fue cerrada dos veces en el año. La primera vez, la noticia se relacionó con que tres de los cuatro ascensores de la institución estaban fuera de servicio, obligando al personal a mover a pacientes, incluso postoperatorios, a través de las escaleras. (Para leer la noticia completa haz click aquí)

Otro lamentable caso es el cierre de once servicios, algunos de ellos críticos, de la Clínica Materno Infantil de Bogotá por la muerte de un neonato, ocasionado por el sobrecalentamiento excesivo de una incubadora en la unidad de cuidados neonatales de la institución. (Para leer la noticia completa haz click aquí)

Estos escenarios lamentables, seguramente entre muchos otros que no salen en las noticias, se interponen a nuestro objetivo de poner la ingeniería eléctrica al servicio de mejorar y garantizar la vida humana.

Afortunadamente no todos son malas noticias, muchas otras instituciones dieron un paso adelante para fortalecer la seguridad de sus pacientes desde la perspectiva eléctrica.

Entre ellas este año tuvimos el privilegio de acompañar a instituciones como la Fundación Santa Fe de Bogotá, Clínica Partenón, Odontología de Marlon Becerra entre otras en sus planes de mejora de la seguridad eléctrica de los pacientes.

Con ello terminamos el año motivados a tener un mejor 2019, en el que nuestros seres queridos estarán seguros eléctricamente cuando acudan a cualquiera de los Centros de Salud de Colombia.

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