En un entorno hospitalario la vida humana depende de la energía eléctrica. Idealmente, las instalaciones eléctricas hospitalarias deben ser diseñadas y construidas de forma redundante para incrementar su fiabilidad y alta disponibilidad. Sin embargo, durante muchos proyectos de ingeniería clínica este principio no se cumple, en el marco de diseñar bajo criterios financieros más que técnicos.

A partir de la evaluación de la calidad del servicio eléctrico prestado por el operador de red, a fin de dimensionar Sistemas de Potencia Ininterrumpida (UPS) así como supresores de picos que permitan proteger los equipos de alta tecnología de los que se disponen en las clínicas, es necesario adoptar un enfoque de gestión de riesgos que asegure que el sistema de energía de emergencia y las protecciones eléctricas operen cuando sea necesario. Esta es sin duda la forma más eficaz de mantener la calidad de la energía que requieren los centros de salud.

Más allá del diseño y mantenimiento operativo del sistema eléctrico, los gerentes de las instalaciones hospitalarias deben estar familiarizados con los problemas de suministro eléctrico más comunes que se pueden presentar, ya que su conocimiento y decisiones en momentos críticos puede salvar la vida de las personas conectadas a los circuitos de seguridad y soporte de la vida.

Los cinco tipos de problemas de energía más comunes en las instituciones del cuidado de la salud son:

Interrupciones: las interrupciones se producen cuando el suministro de la energía eléctrica se apaga y los generadores de emergencia se activan para suministrar la energía de la clínica. El tiempo de respuesta máximo de transición entre las fuentes de energía debe ser de máximo de 10 segundos acorde a lo establecido en la NFPA 99 Health Care Facilities.

Caídas de tensión y sobretensión sostenida: caídas de tensión se producen cuando el nivel de tensión eléctrica, también conocido como voltaje,  cae por debajo o por encima del rango especificado. El síntoma más común de este tipo de problema es el daño de motores en el caso de las caídas de tensión, debido a la sobrecorriente a las que las máquinas electromagnéticas se someten en este caso.

Los transitorios de tensión: Estos aumentos de periodo corto en tensión – comúnmente conocida como los picos de tensión – pueden dañar los componentes electrónicos dentro de equipos médicos y los servidores de datos, debido a que se superan los valores tolerables de voltaje entre sus pistas y se produce un arco eléctrico que comúnmente “las quema”.

Ruido: el ruido eléctrico consta de las fluctuaciones pequeñas de potencia, de forma rápida y repetitiva, que causan un flujo inconsistente de una onda sinusoidal de energía al equipo.

Los armónicos: Los armónicos son tensiones o corrientes en las frecuencias que son un múltiplo de la frecuencia fundamental. En la mayoría de los sistemas, la frecuencia fundamental es de 60 Hz. Los armónicos pueden causar una sobrecarga en los conductores y transformadores y sobrecalentamiento de los motores, lo cual puede resultar en un incendio.

Ninguno de estos problemas pueden causar caos en el sistema eléctrico de un centro salud, sin embargo los sistemas de energía de emergencia deben estar diseñados de manera que operen para respaldar las cargas del centro de salud si es posible mientras este se corrige.

Author: Elikarla Cones

Ingeniero electricista, consultora y asesora internacional en instalaciones eléctricas hospitalarias. Experta en la coordinación técnica de soluciones de ingeniería eléctrica para procesos asistenciales. En la actualidad es Director Regional LATAM de EnergyMed.

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