Durante los años 1920 y 1930 el número de incendios y explosiones en quirófanos creció a una tasa alarmante. Las autoridades determinaron que las causas principales de estos accidentes se clasificaban en dos categorías:

  • Instalaciones eléctricas ejecutadas por personal no capacitado.
  • Electricidad Estática (75% de los casos registrados)

En 1939, los expertos empezaron a estudiar estas condiciones con la intención de producir un normativa que garantizará la seguridad de las personas. La Segunda Guerra Mundial retraso la obtención de resultados hasta 1944, cuando la Agencia Nacional de Protección Contra Incendios de Estados Unidos (National Fire Protection Agency NFPA) publicó las “Prácticas Seguras en Quirófanos”.

Esta normativa, que tras modificaciones producto de la investigación y la organización cada vez más rigurosa de las normativas en materia hospitalaria, básicamente tienen como objetivo disminuir los dos riesgos naturales principales asociados a las instalaciones eléctricas hospitalarias:

  • Incendios y explosiones: Los sistemas eléctricos pueden sufrir incendios eléctricos. Los sistemas de puesta a tierra, protecciones de sobrecorriente y otros elementos de protección descritos en la norma son los primeros que hacen que las instalaciones eléctricas hospitalarias tengas requisitos y necesidades especiales.

 

  • Choques eléctricos: esta es la razón principal por la que las áreas críticas hospitalarias tienen requisitos especiales. La mayor preocupación en estas áreas es evitar con el diseño y el uso de materiales y equipo especial la ocurrencia de choques eléctricos en los pacientes, los cuales ocurren como efecto del desgaste o algún tipo de falla en el sistema eléctrico de distribución. El defecto puede ser en el cableado, en algún componente o una falla como resultado del deterioro del aislamiento.

Los servicios que se presentan en un Centro de Salud generan un estrés inusual en los equipos, muy similares al que presentan los equipos de uso industrial. Las instalaciones son objeto frecuente de esfuerzo mecánico como consecuencia del tránsito de pacientes y equipos por toda la edificación.

Los pacientes y el personal, especialmente aquellos en estas áreas críticas, están frecuentemente rodeadas por superficies conductivas puestas a tierra, que incrementan dramáticamente el riesgo  de lesiones serias en caso de ocurrir cierto tipo de fallas eléctricas.

Como sabemos, el paso de la electricidad por el cuerpo pueden estimular el tejido, causando dolor, contracciones musculares involuntarias o fibrilación ventricular. Adicionalmente la electricidad puede causar necrosis de los tejidos debido al calor y desbalance químico.

Debido a estos riesgos y condiciones, el control de choques eléctricos requiere un diseño e instalación capaz de limitar la corriente eléctrica que puede fluir en un circuito eléctrico que incluye el cuerpo del paciente.

Author: Elikarla Cones

Ingeniero electricista, consultora y asesora internacional en instalaciones eléctricas hospitalarias. Experta en la coordinación técnica de soluciones de ingeniería eléctrica para procesos asistenciales. En la actualidad es Director Regional LATAM de EnergyMed.

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